El nuevo café para todos
Ya son ocho las comunidades autónomas que han recurrido al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para recibir dinero del Estado con el objetivo de financiar sus deudas e inversiones. La última, Asturias, acaba de solicitar una cantidad de 261 millones de euros. De los 18.000 millones de euros dispuestos en el FLA, ya quedan menos de 500 millones para las comunidades autónomas que aún no se han acogido a este mecanismo. Hasta el momento, han solicitado dinero Cataluña (5.433 millones), Andalucía (4.906), Comunidad Valenciana (4.500), Castilla La-Mancha (800), Canarias (756), Murcia (527,5), Baleares (355) y Asturias (261).
El FLA se creó como alternativa estatal para las comunidades autónomas a la financiación en los mercados y a la hora de recurrir a créditos bancarios. El atractivo de este fondo es que los intereses del crédito son considerablemente inferiores a los establecidos por bancos y cajas en una época en la que conseguir un crédito en condiciones ventajosas es misión imposible. No obstante, el recurrir al FLA lleva aparejado una serie de condicionantes políticos a las comunidades autónomas beneficiarias por parte del Gobierno central. De momento, no hay ni rastro de estas condiciones.
Con estas ventajosas condiciones, resulta totalmente lógico que las comunidades autónomas acudan de forma masiva al FLA. Ya se vio cuando Valencia fue la primera en recurrir a este mecanismo: en las siguientes 48 horas, Murcia y Cataluña se unieron a ella. Daba la impresión de que todas las comunidades estaban expectantes por saber quién iba a abrir la lata del FLA. Una vez abierta, tocaba saciarse de ella antes de que se agote. Y tonto el último.
Hasta ahora no he mencionado la palabra ‘rescate’ porque no creo que tenga nada que ver con la realidad. En términos económicos, el término ‘rescate’ implica prestar un dinero a cambio de unas duras y asfixiantes condiciones económicas y políticos. ¿Acaso el Gobierno central ha condicionado el FLA en algún sentido? Porque no hay que olvidar que han recurrido al Fondo de Liquidez Autonómica tanto regiones con una elevada deuda -Cataluña, Valencia, Castilla-La Mancha- como otras que tienen un volumen de deuda muy pequeño y están en la senda de cumplir con los objetivos del déficit, como es el caso de Asturias.
Entonces surgen las preguntas. ¿Qué comunidades deberían ser las beneficiarias principales del FLA: las más endeudadas o las que están cumpliendo los objetivos del déficit? ¿Con qué objetivo se creó este mecanismo extraordinario: como respiro para las regiones asfixiadas económicamente o como premio para las comunidades más solventes? ¿El Gobierno central da el visto bueno automático a las cantidades presentadas por las comunidades? ¿No debería contrastar estas cantidades con sus previsiones y datos económicos para que las comunidades no pidan más dinero de la cuenta? ¿Cuáles son y cuándo se van a ejecutar las duras condiciones de este crédito?
El Fondo de Liquidez Autonómico ha servido de alternativa a las comunidades autónomas a los créditos bancarios. En una época en la que apenas se otorgan créditos a personas, empresas o administraciones, no es de extrañar que ocho regiones ya hayan acudido al FLA para recibir dinero prestado en condiciones ventajosas, sin tener muy en cuenta las necesidades económicas y financieras de la comunidad autónoma.
El Gobierno central ha instaurado a través del FLA el nuevo café para todos, al que las regiones acuden más para aprovecharse del dinero prestado que por sus necesidades económicas reales. Mientras tanto, las comunidades que no han pedido el ‘rescate’ se les ha quedado cara de tontos y tendrán que lidiar con las duras condiciones de los bancos y las cajas. Y eso que ellas sí están cumpliendo con los objetivos del déficit.
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